Dios es Dios
Por BhaktiVimala Srauti Maharaj, México
¿Dónde Estás cuando te necesito? ¿Cómo poner en claro y explicar un accidente. Una colisión de una cierta enérgica severidad? ¿Y al mismo tiempo escapar ileso? ¿Por qué fue así y no de otro modo? ¿Por qué?
Podemos hablar de karma, destino, mano de Dios, suerte inesperada, se estuvo en el lugar preciso y en el momento exacto, fue para recibir un mensaje, el azar, una de las probabilidades, y más.
En el colectivo del género humano la ciencia con su análisis racional cartesiano, declarando que la apelación a la Divinidad es innecesaria, podría tener un enfrentamiento con la religión y su fe en el diseño inteligente, el cual afirma que “Dios no es una hipótesis” y que no se trata de conjeturas alternativas, sino de un hecho más concreto que la realidad ilusoria en que la ciencia está confusamente involucrada. No obstante, hoy no existen los tribunales de la intolerante inquisición. Ni queremos que nuestros juicios internos afloren desde esa área de iracundo discernimiento.
Ahora bien, por la capacidad de persona libre, demandando con energía el inclinarme por el análisis espiritual intrínseco, libre de alguna obligación con la inexperta ciencia mundana.
Este es el relato de mi experiencia, desde mi vivencia de un hecho agresivo, digno de ser temido y merecedor de ser enaltecido. La noche estaba tranquila, la carretera casi sin vehículos transitando, conversábamos de cosas espirituales, y de cómo nos había ido bien al traer un costal lleno de boñiga de vacas alimentadas sin químicos, para abonar los retoños de plantas de Tulasi, también habíamos recuperado un libro de masaje ayurvédico, y un campesino dueño de tierras por aquel lugar, nos invitó a que volviéramos a ese pueblo a explicarle eso de la Consciencia de Krishna. Todo tenía lugar tranquilamente, era la quietud del campo y del cielo lleno de estrellas. Regresábamos a casa en la ciudad de Puebla con la misión cumplida. Al emprender este viaje no sabíamos con qué nos enfrentaríamos, no había nada intimidante, nada por lo cual temer. Sin duda un Dios todopoderoso tiene la capacidad de proteger y resguardar a quien Él lo desee. Nosotros los humanos físicamente tenemos pocos recursos defensivos, que son compensados con la inteligencia, el ingenio y la compasiva inclinación que tiene Dios a cuidarnos y los devotos de bendecirnos.
Estando detenidos pagando en la caseta de pago o peaje, a la salida del pueblo de Tlaxcala, México, de pronto, inesperadamente, en forma muy violenta, nuestro carro fue arrojado hacia adelante, habíamos sido envestidos por detrás. Yo era el acompañante y mi amigo Héctor estaba al volante. Con la fuerza del impacto el asiento en el que yo estaba se rompió, y me fui bruscamente hacia atrás, quedando detenido por el asiento trasero; me sentí mareado y completamente desconcertado, miré hacia el lado del conductor y vi que a mi amigo Héctor le había sucedido exactamente lo mismo, quedamos recostados sobre el asiento de atrás, nos reclinamos, le pregunté cómo se sentía y me señaló tocando su cuerpo que estaba bien, me miró temblando y me preguntó ¿¡Maharaj cómo está!?, le respondí de la misma forma tocando mi cuerpo que sí estaba bien. En ese momento miré hacia nuestras espaldas, a través del vidrio trasero y vi un espectáculo que nunca había visto, un camión trailer había chocado brutalmente el carro que estaba detrás nuestro, estaba detenido pues se esperaba para realizar el pago del peaje. El trailer lo chocó, lo volcó y lo arrastró hasta chocarnos por detrás, para luego ese auto terminar aplastado por el trailer contra la caseta misma de pago, quedando nuestro auto libre de tan dramática situación. La barrera que normalmente se baja deteniendo a los vehículos hasta que se realiza el pago correspondiente, un par de segundos antes se había elevado, así que no chocamos con el parabrisas contra ella, y el vehículo se alejó del macabro espectáculo algunos metros más hacia adelante.
Héctor consternado y confuso, condujo el carro hacia el costado derecho de la carretera, a unos treinta metros aproximadamente, puesto que el motor aún funcionaba pudo hacerlo, y además el choque no bloqueó las ruedas; se detuvo y nos bajamos a mirar que tan fuerte había sido el impacto. Toda la maletera estaba casi hasta la mitad hundida. Estábamos uno a cada lado del carro mirando, sin poder creer lo que veíamos, los dos sin heridas, sin contusiones, sin dolores perceptibles y el asombro y la oración reflejados en nuestros rostros. De pronto miro con curiosidad hacia las casetas de pago para saber qué pasaba con la persona o las personas de aquel vehículo impactado, y también para saber de la chica que cobraba el peaje y que estaba dentro de la caseta chocada, pero sólo veo policías corriendo con armas en las manos y disparando. No sabíamos por qué y a quién trataban de matar. Las personas que trabajan en ese lugar, tienen toda la tecnología necesaria para afrontar problemas: comunicaciones, transporte, equipos de primeros auxilios, personal entrenado, nosotros no éramos médicos, ni teníamos el entrenamiento para abordar alguna solución a lo que estaba sucediendo. Decidimos alejarnos de aquel alarmante y sombrío lugar.
Antes de viajar a ese pueblo, Héctor había hecho cambiar las dos llantas traseras por unas nuevas, y las viejas se guardaron en la maletera, ése hecho permitió que el hundimiento de la maletera fuera controlado por estas llantas que recibieron el encontronazo y moderar los daños al vehículo y a nosotros, porque si la maletera hubiera llegado al asiento trasero, nosotros habríamos impactado los metales con nuestras cabezas. Otra circunstancia que aminoró el impacto es que, cuando mi amigo terminó de pagar el peaje miró hacia atrás por el espejo retrovisor y vio como un trailer venía arrastrando con mucha violencia un vehículo hacia nosotros, entonces, un segundo antes, aceleró y se aminoró el impacto.
Se puede llegar a conclusiones desde el punto de vista del nuevo ateísmo, siguiendo a los señalados como responsables de la creencia que todo se genera a partir de la materia inerte: Que Dios es un espejismo, que no es necesaria la fe, que este es el fin de la fe, que hay que romper el hechizo de la religión, que creer en Dios no es bueno, etcétera, etcétera.
Sea como fuere que ellos piensen, nosotros aceptamos la participación de la mano Divina en este hecho. Después de este incidente nuestra fe se ha enriquecido, ha sido impulsada, pues sentimos que nuestras vidas fueron perdonadas. Adicionalmente, sabemos por las escrituras y los sabios que Krishna está presente en el corazón de todos, y que Él es igualmente bueno con todos, a pesar de que estamos confundidos con su energía externa y que no podemos conocer lo complejo y asombrosas que son Sus acciones e intercambios. Al mismo tiempo, Él, misericordiosamente, desea re-instaurar la desatendida conexión que tenemos con Él. Y tiene la autoridad de aprobar los movimientos necesarios para hacer realidad esa vinculación del modo que Él estime pertinente y positivo, para conveniencia vital de toda criatura viva.
Nuestra visión personal de este suceso irregular, de algún modo vino a decirnos que en cualquier momento puede llegar la muerte, que no tenemos que estar dormidos espiritualmente cuando esto suceda, y si no tenemos ninguna posibilidad de recordar a Krishna en ese momento que ocurre tan de prisa, que de alguna manera Krishna se recuerde de nosotros por lo que hemos hecho antes, y que de alguna forma sorprendente contamos con una existencia sempiterna, por anticipado hacia adelante.
¡Gloria al sankirtana de Sri Krishna que limpia el corazón de todo el polvo acumulado por años y extingue el fuego de la vida condicionada, de reiterados nacimientos y muertes!
Producción: Ragatmika Bhakti Dd.