¿Que es el ego? Hacia una primera definición

Ante un planteamiento como este, permítanme en primera instancia, definir el área de conocimiento desde la que abordaremos este artículo. Tal será: El Yoga, entendido como un compendio de sabiduría milenaria, que abarca diversos estamentos de la realidad, que van desde la salud física, la armonía mental, la filosofía como herramienta certera y la espiritualidad universal, entre otros aspectos.

Hecho esto, vamos de lleno a lo nuestro.

Los yoguis plantean la existencia de 5 cuerpos o plataformas vitales, desde las que desarrollamos nuestra experiencia en el mundo, lo explicaré de manera simple y resumida:

  1. El Ser en sí mismo, de naturaleza inmaterial, de calidad permanente, consciente y con tendencia hacia la felicidad como motivación de existencia.
  2. La consciencia identificada con la materia, dotada de herramientas como la memoria y la inteligencia.
  3. La mente sensitiva, poseedora de los rudimentos necesarios para captar la realidad de los objetos.
  4. Un cuerpo energético, sensible a esa parte del mundo fenoménico que dice relación con las polaridades y otras características de la energía.
  5. Una construcción orgánica, hecha de elementos menos sutiles y más toscos, o dicho de otro modo: el cuerpo físico.

De estas cinco plataformas, consideraremos a la primera, es decir, al Ser en sí mismo (en el lenguaje yóguico se le llama: Atma, Jiva o Aham) como el Yo original, capaz de vivenciar la totalidad de la experiencia existencial, dentro de las cuales, el mundo de la materia es una de ellas pero no la única, pues se considera que la realidad en toda su infinita extensión, abarca diversas naturalezas, a modo de resumen, dos: la material y la trascendental (o espiritual).

Desde esta perspectiva, y tal como se explica en la sabiduría del yoga, el Atma, Jiva o Yo original sería de una naturaleza espiritual, pero capaz de experimentar lo material, sobre la base de apreciar su tendencia hacia la felicidad o goce, desde diversas posibilidades.

El Atma, Jiva o Yo original sería de una naturaleza espiritual, pero capaz de experimentar lo material.

Y para poder percibir, sentir, comprender y hacer suya la vida en la materia, se le hace necesario adquirir las herramientas que le hagan posible tal cometido, entonces entran en el juego los otros cuatro cuerpos o plataformas, que serían en verdad, sofisticados instrumentos que le permiten al Ser (Atma o Jiva) moverse en las distintas dimensiones de este mundo “tangible”.

A modo de resumen: el Atma o Yo real (primer cuerpo, de naturaleza trascendental), buscando realizar el gozo desde la experiencia material, adquiere una serie de instrumentos (los otro cuatro cuerpos de naturaleza más densa) que le posibilitan el probar las distintas dimensiones que son parte de ella: la física, la energética y la mental. Entremos ahora en “tierra derecha” hacia la definición del concepto Ego, sobre la comprensión de estos 5 cuerpos expuestos por los yoguis. Ego se define como la idea de Yo, aunque eso puede variar según la disciplina desde la que se abarque, pero para nosotros esa es la que posee mayor validez. Entonces habría un Ego o Yo original, tal sería el Atma (Jiva, Aham) o el Ser en su naturaleza trascendental, poseedor de tres características primordiales: permanece en el tiempo, es consciente, busca y vivencia la felicidad o gozo.

El Yo original en su naturaleza trascendental posee tres características primordiales: permanece en el tiempo, es consciente, busca y vivencia la felicidad o gozo.

Aquellas entidades conscientes que hemos escogido tantear el goce desde nuestra actual perspectiva, la material, lo hacemos utilizando los otros cuatro cuerpos que nos permiten hacerlo (consciencia material, mente perceptiva, cuerpo energético y físico). Al identificarnos con el mundo, nuestro Ser original o Yo real, queda relegado a segundo plano, pues la consciencia material desplaza a la consciencia espiritual (momentáneamente) de allí entonces surge un nuevo ego, o una nueva noción de Yo que se siente parte de esta realidad objetiva, es decir, un nuevo Ego de carácter materialista, que intenta vivir buscando la felicidad en los aspectos del cuerpo físico y mental, básicamente. A este último los yoguis lo llaman: Ahamkara o Ego falso. Este Ahamkara o Ego falso (para distinguirlo del Ego o Yo original) es la completa y total identificación con el mundo, identificación que se vuelve tan poderosa, en la medida que más experiencias físicas y mentales tenemos, que termina por convertirse en la idea o noción que tenemos de nosotros o nosotras (o según el género con el que nos percibimos), e influirá en cada una de las experiencias que tengamos por estos lados, llegando al punto de dirigir toda nuestra atención hacia los fenómenos groseros.

Ahora, como este Ego falso se construye sobre aspectos netamente materiales, sus perspectivas, deseos y posibilidades también rondarán a los mismos, sumergiendo al vivenciante, en un círculo vicioso de materialidad, tanto en el nivel de los elementos más físicos como sutiles (emociones, saberes, etc.). La sabiduría del yoga, en uno de sus tópicos más relevantes, nos empuja a profundizar en el estudio de uno mismo, con la magnífica idea de que podamos traspasar las influencias del ego falso, en búsqueda de aquel Yo profundo que yace cubierto por una equivocada noción de lo que somos y una excesiva atencionalidad hacia la materia; y a lo largo de estos artículos, iremos desarrollando diversas miradas que nos permitan ir conociéndonos mejor, entendiendo también la realidad en sus distintas manifestaciones, y sobre ello, dotarnos de herramientas que nos lleven a plantear soluciones ante los problemas vitales. Por ahora nos quedamos con esta primera definición, para sentar bases comunes de comprensión y les invito a seguir caminando este bello sendero.

Que vuestra vida sea auspiciosa.

Muni Vyasa Das