Krishna siempre está conmigo

Por Sandini Kumari Devi Dasi de Chile.
Reverencias queridos devotos y devotas, tengo muchas historias desde que conocí a Krishna, siempre he dicho que mi vida se llenó de magia cuando lo conocí, así que les voy a relatar tres experiencias diferentes donde Krishnita me demostró que nunca me va a dejar sola, que siempre me va a proveer de lo que necesito aunque ni siquiera yo sepa que me hacía falta.
Cuando vivía en el templo tuve que ir a hacer bogha de flores para Govardhan porque se iba a celebrar en la finca Prema Mandal, y como siempre lleve mis carros porque tenía fe en que me iban a dar muchas flores, así que para que no se aplastaran llevaba dos, además de inciensos y trozos de queques para regalar. Siempre hacía bogha en el mercado, y cuando terminaba me dio por ponerme a caminar y encontré florerías más grandes.
En algunas no me pescaron mucho, pero entré a una grande y cuando pedí que me regalaran flores me dijeron que iban a preguntar, pero que me podían dejar unas más baratas. Así que compré dos paquetes y de repente baja el dueño, un caballero peladito y le dice a la vendedora: dele esas, nosotras nos quedamos mirando porque habían unos paquetes de rosas preciosas y otras flores un poco más baratas pero bellísimas. La vendedora le señalaba las otras y él le decía no las otras, la vendedora le mostró las otras y él dijo no, las rosas.
Yo quedé asombrada y feliz, porque eran unas rosas rojas y naranjas, así que las agarré más que rápido, les dejé todo lo que llevaba para regalar y me fui, pensando en las guirnaldas para Maharaj Asram, en las guirnaldas para las deidades y en las decoraciones que iba a hacer.
Cuando llegué a la finca las saqué con cuidado y prabhu Govinda Das me dijo: oh qué bueno rosas, porque acá no había para hacer el baño para las Deidades y me dio más felicidad, saber que Krishna siempre me va a dar lo que necesite para servirlo, aunque yo no sepa.
Tengo un triciclo eléctrico con el que salgo a repartir mis productos, una vez doblé en una calle que no conocía y quedé en el medio de dos cerros y mi triciclo no tenía la fuerza para subir, tampoco lo podía empujar, no pasaba nadie en la calle y estuve mucho rato así, no quería llamar a una grúa porque iba a salir muy caro, así que llamé a conocidos con auto para ver si me podían empujar pero nadie contestó. Ya comenzaba a oscurecer y tenía pena, rabia por pava, después de 45 minutos tratando muchas cosas que no me sirvieron, lo tomé con mejor humor, porque no había otra y empecé a decir en voz alta, si tampoco había personas que me pudieran escuchar.
Le pedí a Krishna Balaram que por favor me vinieran a empujar, porque no puedo salir de acá. De pronto aparecieron un caballero y un joven que trabajaban cortando pasto y arreglando las casas de ahí, me dijeron por que no va por la plaza y sigue contando por la mitad del cerro y yo les decía que ya había tratado, pero justo había un pequeño montículo de tierra que el triciclo no subía, porque el motor no le daba, se fueron. Luego traté de subir de nuevo por la plaza, pero no pude, cuando vi que se volvieron me ayudaron empujando el triciclo y guiándome por una orilla de la plaza que estaba desnivelada porque me podía dar vuelta y por fin pude salir, le di las gracias y seguí repartiendo mis panes.
Otra vez, quedamos en pana en la carretera, no sabíamos que pasaba, ninguna de las personas que íbamos en el auto sabía de mecánica y yo me puse a cantar, Hare Krishna mientras hacía parar autos, hacía señas, porque estábamos en el peaje, así que habían muchos autos, buses y camiones que transitaban.
Marcelo y su primo me veían y yo le pedía a Krishnita en voz alta, que nos ayudara, y ellos me miraban como si yo estuviera loca, seguí un rato y le decía por favor mi Señor ayúdanos, por último dinos que tenemos que hacer, donde ir o que alguien nos diga porque nosotros no sabemos. De pronto un caballero se paró delante y resultó que era mecánico, nos revisó el auto y nos dijo que el alternador se desconectó de la batería. Lo arregló y me dijo que fuera al peaje y que ellos tenían una máquina que nos iba a cargar la batería y que ellos ayudaban en estos casos, así que hice eso y el caballero nos escoltó hasta la entrada de Concepción, ya que íbamos a Penco a dejar el auto a un mecánico.
Aunque no me lo merezco, Krishna nunca me ha dejado sola, aunque esté lejos, donde no se vea nadie, aunque no sepa que hacer, aunque tenga miedo. Siempre de una u otra forma me dice: «haz esto, anda para allá», aparecen personas que me guían, me ayudan y siento que siempre Está conmigo, aunque lamentablemente yo no siempre estoy con Él.
Gracias a todas las madres y devotos, a Gurudeva Srila BhaktiKavi Atulananda Acharya Maharaj y a Maharaj Asram, porque sin ustedes mi vida no hubiera tenido sentido, no podría haber vivido muchas situaciones mágicas o milagrosas en mi vida, que quizá no son tan especiales, pero para mi si lo han sido, han significado muchísimo, me han dado la fuerza y no me ha dejado tirada en el camino.
Reverencias a todos.
Producción: Ragatmika Bhakti Dd.