Sobre la muerte, reflexión

Jay Hare Krishna!

Quisiera compartir mis experiencias como ser humano que conoció a Krishna y sus devotos.

Es difícil hablar o escribir de las experiencias de la vida sin por lógica acudir a la reflexión autorreferencial.

Creo que Krishna es Dios y que toda religión o sabiduría de culturas, pueblos y sociedades están dirigidas y disfrutadas por Él.

Cuando era niño, me sentí muy atraído por la Virgen María. Recuerdo que en el mes de María se realizaba una práctica de oración diaria con ofrendas de flores, cánticos, oraciones y peticiones especialmente para los enfermos, para los más pobres y los que más sufren. Todas peticiones de amor hacia la humanidad.

En mi adolescencia entré en caos con mi hipismo colérico, tanto en la forma de mi apariencia física como en mis concepciones mentales y sociales. Me conecté con las ideas socialistas y la influencia de Cuba y Rusia, combinado con el conservacionismo de la tradición.  

Fui entrando en el CAOS de la identidad con un tremendo dolor al descubrir que vivía una realidad muy absurda. Una realidad sin sentido. Sentía que mi vida no tenía objetivo y tenía la absoluta certeza de que nunca moriría.

Cuando me di cuenta que la gente moría, fue impactante para mí. Veía pasar carros, con manos llevando ataúdes negros grandes, en otros casos eran pequeños de color blanco que se dirigían en procesión rumbo al cementerio más cercano. Esto me hizo reflexionar profundamente sobre la muerte.

Cada vez que había un velorio y yo me enteraba corría a mirar el rostro del fallecido y me quedaba observando el color de su piel, su boca y sus ojos cerrados. Lo hacía como buscando una respuesta, o quizá me conformaba pensando que la muerte era posible. Sin embargo algo me decía que yo no moriría.

Pensaba que todos podrían morir, pero no yo. Sentía mi mente tan fresca y sutil. Me daba cuenta que sería imposible morir, porque la mente no tenía forma; era un pensamiento lo que me hacía deducir que el cuerpo era algo sólido que podía descomponerse y apagarse. Y a la vez pensaba que el pensamiento tendría que ir a parar a algún lado.

¿Cómo va a morir lo que pensamos o sentimos?, era mi reflexión en esta etapa de mi vida.

El tiempo pasó y tuve la gracia de descubrir a Krishna en sus enseñanzas, principalmente a través de su filosofía expresada en el libro sagrado del Bhagavad Gita. Tuve la dicha de ser iluminado al saber que somos, cuerpo, mente y alma en la estructura mundana, terrena. Y esta comprensión fue lo que le dio tanta calma a mi vida. Es la Paz del espíritu que Krishna nos promete.

Que satisfacción más grande la de poder reconocer y diferenciar tus propios condicionamientos, especialmente para sobrevivir a los ataques de la ilusión, del pecado, del ego y la lujuria, la condenación del alma.

A sus pies

Mathura Mandala Das
Hari bolo